El Centro Democrático agonizando, un partido que ya solo lo representan unas viejas gritonas, un par de youtubers desaliñados y mal formados que gritan incoherencias, un grupo de exmilitares pensionados que se agarran a su última creencia y un número pequeño de contratistas desesperanzados.
Ni en las legislativas ni en las presidenciales hizo algo que valga la pena, sobre todo para un partido que tenía todo a su favor: el poder legislativo, el ejecutivo y gran parte de los órganos de control. Ahora ya nadie quiere ser uribista, hasta al mismo candidato del uribismo le daba pena decir que era el candidato del Uribismo; los hijos de Uribe ya hace meses renunciaron al partido.
Ahora todos los pocos uribistas que quedaban quieren ser Rodolfistas, los que hasta ayer decían que era un viejo loco e incoherente, hoy se suben al bus que los lleva lejos del petrismo.
Petro le sacó más del 15% de ventaja a los votos que sacó Rodolfo, esto en matemática electoral es difícil de superar, pero si hay algo que no sirve para nada es la matemática electoral, ahora los 4 millones de votos que requiere Rodolfo están ahí entre los que no van a ir al baile. A Petro solo le falta un millón y medio de votos, cosa que siempre ha subido en cada segunda vuelta, o sea que aún muchas cosas faltan por decir.
La sensación de paz y tranquilidad que nos da ver quemar al Uribismo es quizá lo único que compensa la crisis económica, social y de seguridad que estamos viviendo, su soberbia al tratar de de imponer un inútil como presidente les dio una cachetada enorme, pues a veces ganar es perder un poco, pero lo que Ellos no se imaginaron es que en Duque no tenían un presidente, sino un sepulturero, duélale a quien le duela.
Por: Humberto el que hace unos meses les dijo: Rodolfo es o pone presidente.
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