Me remontaré a 1980. La isla de Manhattan fue mi lugar de residencia después de haber dejado Colombia con un cartón de High school, un TOEFL y un S.A.T bajo el brazo.
En el edificio del 219 East, 42th street, “Cambridge Schools Inc”. Era mi nuevo centro de estudios y “Soldiers Sailors & Airmen’s Club”, mi lugar de trabajo y residencia en Lexington y la 38, a la vuelta de la sede de Naciones Unidas.
Central Park, Hudson River, Madison Squared Garden, Wall Street, Empire State Building, East River, Grand Central Station, Rokefeller Center…en fin toda la historia de la humanidad era mi vecindario habitual … lleno de rascacielos infinitos con historias de hombres formidables, sótanos y profundidades insondables más abajo de las estaciones del Metro; en donde las Ratas engordan del tamaño de un Armadillo.
“La gran manzana” en donde Rubén Blades canta 8 millones de historias y Sinatra solo una.
Su entorno de Brooklin, sus ríos Hudson y el East. Queens y Harlem como muchos otros de sus lugares, crea un contraste de lo normal y lo paranormal en donde todo , como en la ley de la atracción, puede ser posible.
A mi, en lo particular, me sucedió algo muy curioso saliendo de un tradicional almacén de música muy grande que hay al lado izquierdo de las pantallas de Broadway.
Simultáneamente, una Morena espectacular y Yo, abordamos uno de esos legendarios taxis “yellow Cabs”, ¡los amarillos! ¡Como en las películas! Me dió mucha risa; abrimos la puerta de un lado y otro y aterrizamos en el asiento posterior. Como yo abordé primero; -a mi parecer- No accedí a bajarme. La mujer, joven de sonrisa preciosa venía con unos tragos encima y explicó que iba a divertirse a otro lado…que se le escapó a sus amigos y estaba muy loca, que no se iba a bajar tampoco del auto. El conductor; de aspecto marroquí, medió diciendo que haría las dos carreras.
-Muy bien la mía primero, voy para Queens cerca al aeropuerto JFK- Le dije al conductor. La morena estaba muy inquieta, apenas en la minifalda cabían esas caderas, y se quitó un abrigo con cuello de piel que mostraba un top conteniendo un alud de senos geográficamente instalados… Como si el Cotopaxi tuviera un gemelo.
Se quedó observándome, me dijo que se llamaba Gloria Gaynor. Que era cantante y que su disco “I will survive”, estaba sonando en las emisoras… Se quedó mirándome y me besó. Me dijo que adoraba mi acento latino, yo a mis 21 añitos, pues tenía lo mío… empezó a insistirme en que la tomara, que se me sentaba encima y que la hiciera suya…el taxista miraba por el retrovisor.
Se me ocurrió que no era el lugar, le dije al taxista que parara en el primer Holyday Inn o similar que encontrara… Ella seguía insistiendo y se me pegaba rodeándome con sus brazos.
Clarita me despertó por que tenía una cita en el Seguro Social. Las 7 de la mañana.
Yo le daba cabezazos a la pared de la ducha… ¡Tud! y me repetía una y otra vez … “Por qué no me la comí en el taxi…¡Tud!. Por qué no me la comí en el taxi …¡Tud! …por qué Mario… por qué ¡Tud!..¡Tud!…¡Tud!
0 37827 Me Gusta