Recorriendo las calles de Bucaramanga estas últimas semanas pude ver varias vallas publicitarias del candidato a la alcaldía de Bucaramanga Carlos Sotomonte.
Unos días atrás, cuando visitaba a un amigo empresario del calzado en el barrio San Francisco me había encontrado que el sector estaba repleto de volantes publicitarios suyos.
Luego, ese mismo dia estando en mi hora de almuerzo me llamaron desde su Call Center para invitarme a votar por su candidatura y en la tarde me llegaron varios mensajes por Whatsapp con el mismo propósito.
¡Esto debe valer mucha plata! -pensé inmediatamente-
Me hice entonces una pregunta que ya me había hecho antes: ¿de donde estará sacando tanta plata Sotomonte para hacer su campaña si que se sepa no es un hombre adinerado?
El hecho es que cierto día de la semana pasada muy temprano en la mañana, mi espacio diario de meditación, -que suelo ambientar con cantos gregorianos y el Angelus en latín por Youtube y que opino no me convierte en ‘camandulero’ dado mi esmerado y en ocasiones fallido ecumenismo religioso- fue abruptamente interrumpido por publicidad política suya que lo presenta como un ‘profesor, ambientalista y pacifista’.
Lo confieso: ¡esa fue la gota que rebosó la copa! ¿A quien se le ocurre pagar pauta política en Youtube para que la trasmitan a las 4 de la mañana? Pues ya ven ustedes… ¡A Sotomonte!

Fue en ese momento que tomé la decisión de escribir esta columna cuyo título tenía en mente desde hace por lo menos dos meses y que había procastinado varias veces.
Para los que no lo conocen, Carlos Sotomonte es el joven activista ambiental, candidato a la alcaldía de Bucaramanga que viene de formar parte del fallido gobierno de Juan Carlos Cárdenas desde el alto cargo que según denuncias de sus críticos le mandó a confeccionar este último -cual sastre- para pagarle lo que sigo considerando su sobre-valorado apoyo en las elecciones y que hizo que fungiera hasta el año 2020 como ‘alto comisionado para la defensa del Páramo de Santurbán’ cuando renunció forzado por el escandaloso contrato que tuvo una remuneración mensual de 10 millones de pesos que Sotomonte intentó justificar con los viáticos que según él necesitaba para desplazarse por todo el país.

Un cargo con un nombre tan rimbombante como innecesario que le costo varios millones a la ciudad y que según varias fuentes se hizo mediante un controvertido contrato cuyos requisitos de experiencia y manual de funciones fueron previamente modificados solo con ese fin, lo que le valió al alcalde muchas críticas, pues su núbil ‘alto comisionado’ no cumplía los requisitos de experiencia profesional y académica casi que para ningún cargo.
Unos años atrás, proyectando artificialmente la imagen de tener muchos votos y liderazgo, a pesar de nunca haber participado en ninguna elección popular, Sotomonte había logrado convencer a Rodolfo Hernández de nombrarlo como su representante en la Junta Directiva del Acueducto. Algo en lo que Sotomonte es experto: hacerse ver mas grande, preparado e importante de lo que realmente es.
Luego de formar parte del famoso ‘Kinder’ hizo lo mismo con Cárdenas y se hizo nombrar ‘alto comisionado’ para la defensa de Santurbán. A pesar de que esos dos nombramientos son toda su experiencia administrativa, Sotomonte dice estar listo para gobernar a Bucaramanga.

Hay que reconocer las habilidades blandas del candidato. Su atractivo discurso, tan encantador como vacío y superficial, denota poco rigor académico e intelectual y me hace ver en él una mala imitación del brillante y lúcido senador Jorge Enrique Robledo, de quien Sotomonte, en mi modesto sentir, copia estilo, acento, pausas y ademanes.
Ojalá y tuviera el rigor científico de Robledo, pero no, realmente se me parece mas a Cárdenas, -su ex jefe- un producto electoral del marketing y la coyuntura, cuidadosamente pre-fabricado por sus asesores.
Sotomonte formó parte de las (JUPA) Juventudes Patrióticas del MOIR (Movimiento Obrero Independiente Revolucionario) en Santander, una corriente política de izquierda Maoista, seguidores de la doctrina de Mao Tse Tung, radical nacionalista, partidarios del frente amplio y la guerra popular prolongada… ¿Guerra popular prolongada? -pensé entonces- ¿Luego no es pacifista?
El MOIR de Sotomonte formó parte hasta hace pocos años del Polo Democrático Alternativo, partido dentro del que algunos de sus miembros afirman que los del MOIR rayan en el fanatismo político, que son tan radicales que critican todo por cualquier razón, que no hacen ni dejan hacer, que se oponen a todo, que dividen y al final terminan apoyando a sus opositores.
A pesar de que Sotomonte evita mencionar que apoyó a Petro en la pasada elección presidencial, que formó parte del MOIR, que fue nombrado por Rodolfo en el Acueducto y que luego fue asesor de Juan Carlos Cárdenas en el ‘Kinder’, no es impreciso decir que proviene de la izquierda mas radical, que ha formado parte de los dos últimos fallidos gobiernos de Bucaramanga y que aún así, ahora se muestra distante tanto de la izquierda como del fracaso de los gobiernos de los que participó para presentarse como una alternativa de liderazgo para la solución a los graves problemas que tiene la ciudad.

Otra ventaja que tiene Sotomonte es su aspecto físico que lo convierte en un producto electoral fácil de vender, su rostro joven y para el gusto de ‘algunes’, bien parecido, le otorgan las mismas ventajas y dotes políticas de Andrés Pastrana, a quienes muchas mujeres y ‘hombres’ colombianos le dieron el voto para que fuera presidente de Colombia solo por ese motivo. Sotomonte es apoyado por el diputado Liberal René Garzón socio político del senador Liberal Jaime Durán Barrera y su sede política funciona en una casa del barrio Sotomayor que también fue sede del parapolítico Luis Alberto ‘El Tuerto’ Gil.
Así las cosas, Sotomonte ha sabido vender una imagen de si mismo que no corresponde a la realidad y todo parece indicar que intentará seguir haciéndolo ahora que es candidato a la alcaldía de Bucaramanga.
Lo digo porque a pesar de hablar como un intelectual, de presentarse como profesor y aparecer siempre vestido como un influyente miembro de la aristocracia bumanguesa algo a lo que también contribuye su particular apellido; Sotomonte no tiene ningún estudio de posgrado, hace poco se graduó como licenciado en Español y Literatura de la UIS, nunca ha dictado clase en ninguna institución universitaria como profesor de planta, nunca ha trabajado en un empleo regular, y toda su experiencia administrativa se reduce a los dos cargos que ocupó por nombramiento en los gobiernos de Rodolfo y de Cárdenas.
De manera que es válido para los electores preguntarnos ¿cómo es que un personaje con este escaso perfil está aspirando a gobernar Bucaramanga?
Aunque después de haber elegido a Cárdenas alcalde de Bucaramanga -por una recomendación personal- esa pregunta pareciera no tener ningún sentido creo que es válido hacerla ahora.
La respuesta parece tenerla un estratega del marketing político, un eximio fabricante de productos electorales tan atractivos como artificiales, tan bonitos como mentirosos, un misterioso personaje que ha estado detrás del poder en Bucaramanga por lo menos los últimos 12 años, probablemente más, manejando altos cargos y contratación dentro de la alcaldía en este y en gobiernos anteriores, todo ello tras bambalinas y manejando un bajo perfil.
Tres fuentes distintas le informaron a La Pluma que ‘El Proyecto Sotomonte’ es una idea de Andrés Peralta Goelkel quien hizo lo mismo hace cuatro años con Juan Carlos Cárdenas, que en principio ese proyecto contó con el apoyo económico del zar del PAE en Santander, Carlos Duarte, quien es conocido en medios políticos como ‘El Gordo PAE’; de Mauricio Niño, reconocido empresario de licores y poderoso contratista muy cercano al ex-gobernador Didier Tavera, hermano del director del Hospital Universitario de Santander, y últimamente con el apoyo confirmado de Mario Camacho Prada el exgobernador de Santander condenado por corrupción y de Edgar ‘El Pote’ Gómez quienes desde el nuevo partido de Roy Barreras, ‘La Fuerza de la Paz’ el cual coordinan en Santander consiguieron el coaval de ese partido para Sotomonte.
Sotomonte además tiene el apoyo de Danilo Romero, un poderoso empresario y contratista muy cercano a Petro cuyo hermano Iván Romero es el gerente de su campaña.
Eso no solo explicaría las portentosas y costosas vallas publicitarias, la inundación de publicidad con volantes y periódico propio por toda la ciudad, y la exuberante inversión de la campaña de Sotomonte en redes sociales como YouTube, sino también el peculiar hecho de que Sotomonte quien no tiene vehículo de su propiedad registrado a nombre suyo ahora no tenga solo carro sino también conductor personal.
En entrevista para La Pluma, el candidato negó tener esos apoyos, pese a que admitió que se los ofrecieron; en tanto que aceptó: no haber dictado clases universitarias como profesor de planta, si haberlo hecho en un colegio privado de Bucaramanga, el Santa María Micaela y en cursos preicfes y conferencias; provenir de las Juventudes Patrióticas del MOIR, haber formado parte del Polo Democrático Alternativo, haber apoyado a Cárdenas, haber apoyado a Petro, que su gerente de campaña es Iván Romero, el hermano del compadre de Petro, que desde su cargo como defensor del Páramo logró que se hicieran muchos ‘estudios’ que luego servirán para delimitarlo; que su campaña la está financiando con recursos propios, con un crédito bancario, con pequeñas donaciones de amigos y otro crédito de una empresa (no dijo cual); no haber participado nunca antes en una elección popular y que toda su experiencia administrativa en lo público se reduce a los dos cargos que le dieron Rodolfo y Cárdenas.
Todos estos hechos nos indican que a pesar de su juventud, de su bonito discurso, de su ‘cara fresca’, de su probado activismo ambientalista, es muy probable que el ex ‘alto comisionado para la defensa del Páramo de Santurbán’ en su ambición por convertirse en el próximo alcalde de Bucaramanga pueda estar ‘vendiéndole el alma al diablo’. No quiero pensar que pueda estar ‘hipotecándole’ a poderosos inversionistas de la política en Santander no solo su prometedor futuro político sino también el de la ciudad, porque como dijo el bobo ‘de eso tan bueno no dan tanto’ y todos sabemos que eso en política no es gratis.
De manera que en mi opinión puede que Carlos Fernando Sotomonte Garavito no sea lo que nos quiere vender, no encarne ni la renovación ni ‘el cambio’, que no tenga la independencia, el liderazgo, la competencia y la experiencia que Bucaramanga exige en este momento para resolver los graves problemas que la aquejan, que como él mismo me dijo en la entrevista que le hice, le ‘falte pelo para moña’, y que ‘El Proyecto Sotomonte’ no pase de ser eso: un proyecto político fríamente calculado por algunos para apoderarse de la ciudad en cuerpo ajeno.
Fe de erratas: Luego de publicada esta columna una fuente humana le informó a La Pluma que contrario a lo afirmado por el candidato Carlos Sotomonte durante la entrevista, él si había participado en una elección popular pues en las elecciones regionales de 2015 fue candidato al concejo de Floridablanca por el Polo Democrático Alternativo obteniendo 143 votos.
¡Juzguen Ustedes!
1 comment
Very great info can be found on web site.Blog money