Aquella noche, mientras esperábamos las pizzas que habíamos ordenado, un hombre corpulento, de mediana edad y bien vestido comenzó a increpar en voz alta a la propietaria de la pizzería a quien al parecer conocía por ser la esposa de un ex-policía como él.
¿Por quién va a votar? -le preguntó a la mujer-
-Aún no sé- Contestó ella
¡Vote por Fico! -le dijo – Nosotros los policías en retiro y toda la reserva vamos a votar por Fico porque tenemos que “defender la democracia” y usted que es esposa de policía, tiene que votar por Fico.
El hombre lanzó luego y en voz muy alta una ráfaga de furiosas arengas contra lo que él llamaba la izquierda comunista, luego dijo que si Fico no ganaba nos íbamos a convertir en otra Venezuela y que sino queríamos volvernos como Cuba debíamos votar por Fico, que había que “defender la democracia” del “cacas”.
Aquella mujer le replicó con unos argumentos que me dejaron sorprendido:
¿Cuál democracia? – exclamó aquella mujer-
¿Usted me habla de la democracia que asesina jóvenes y líderes ambientalistas para hacerlos pasar por guerrilleros? ¿O de la democracia que mata niños y mujeres embarazadas en operaciones militares en medio de civiles desarmados que hacían un bazar para recoger fondos para hacer una carretera que el Estado no les quiso hacer? ¿o de la democracia que chuza periodistas para perseguirlos? ¿ o de la democracia que tiene a todos los entes de control bajo su dominio y ahora a las fuerzas militares haciendo política?¿O me habla de la democracia que no le hace vías, puestos de salud y escuelas a la gente y que se roba la plata y que cuando no se la roba se la regala a los más ricos y poderosos? ¿o me habla de la democracia en la que narcotraficantes que se toman fotos con presidentes patrocinan campañas para comprarle el voto a los más necesitados y a la que en unas elecciones se le pierden un millón de votos? ¿o me habla usted de la democracia en la que unos políticos les dan órdenes a militares y policías de hacer todo lo anterior -que para defender la democracia- y luego los deja tirados y los condena a largas penas de prisión?
Todos quedamos en silencio, incluido aquél improvisado y apasionado activista político.
El hombre agachó la cabeza y murmuró en voz baja: -pero por lo menos tenemos eso-
¿y usted cree que yo voy a defender esa democracia? Le increpó la mujer finalmente.
El hombre se marchó y todos los que estábamos allí estallamos en una especie de espontáneo regocijo colectivo. El pizzero –que había guardado rotundo silencio hasta ese momento- atinó a decir: ¡qué tipo tan fastidioso, a mi estaba que me picaba la lengua!
Alguien más replicó: ¡yo creo que no tiene ni idea de lo que es democracia! ¡Ni un solo argumento! ¡Puro miedo e insultos!
El episodio me hizo recordar la famosa frase pronunciada la noche del miércoles 6 de noviembre de 1985 por el Coronel del ejército de Colombia Luis Alfonso Plazas Vega entrevistado por un reportero del noticiero TV HOY en medio de la operación de retoma a sangre y fuego del palacio de justicia que dejó 94 muertos, cientos de heridos y por lo menos 11 desaparecidos –muchos más de los que ocasionó la misma toma- quien pagó su condena por desaparición forzada luego de que un juez lo encontrara culpable y lo condenara a 30 años de prisión como responsable de la desaparición de diez civiles entre ellos Carlos Augusto Rodríguez administrador de la cafetería del palacio de justicia y de quienes Plazas creyó eran guerrilleros pero que luego la justicia demostró no lo eran.
Preguntado por el reportero sobre cuál era la decisión de las fuerzas militares, el coronel Plazas respondió esa noche con vehemencia y gran sentido patriótico:
-¡mantener la democracia maestro! Aquí no van ellos a asustarnos ni a atentar contra ninguno de los poderes ni contra ninguna de las ramas del poder público-
Plazas es un honorable y valiente soldado de la patria –lo escribo sin sarcasmo- que por la doctrina militar que le fue inculcada desde la escuela de oficiales cometió crímenes, por orden de políticos, absolutamente convencido de que estaba sirviéndole a su país y… “defendiendo la democracia”.
Al igual que el Coronel Plazas, muchos militares y policías fueron condenados a largas penas de prisión por el sistema judicial de la democracia que dicen defender. Paradójicamente, durante los últimos veinte años ese sistema judicial ha estado controlado por el mismo sector político que hoy respalda al candidato Fico Gutiérrez, quien ha anunciado que continuará con la política de “seguridad democrática” para continuar “defendiendo la democracia”.
Ninguno de los políticos que ordenaron la retoma a sangre y fuego del palacio de justicia ha sido condenado hasta hoy.
De igual forma, hasta hoy, ningún político ha sido condenado por los llamados “falsos positivos”. Todos los condenados por estos hechos eran miembros de la fuerza pública.
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Tiene toda la razón
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