La sociedad humana, esta cofradía de seres pensantes muchos y de otros tantos que hacen el esfuerzo supremo de hilar una frase sensata, unos más que ponen a relucir su espíritu positivo para crear pinturas, silbar una sonata en las aceras, montar una obra de teatro en un bus urbano y hasta soltar unas parrafadas luminosas en el capitolio, también conviven en continuas fricciones burlonas con quienes no pueden amarrarse un zapato sin que el cordón se enrede con el otro, con el funcionario de más allá que con sus palabras torpes nos informa que el país va a ‘importar alimentos del exterior’ y que a manera de retribución va ‘exportar a otros países’ productos cultivados o fabricados aquí; esos personajes, repito, están presentes en nuestro entorno día y noche, nos llenan de irritación con sus salidas esperpénticas hasta el punto de que no sabe uno si ponerse a correr para alejarse de ellos o tenerles una pizca de conmiseración, de lástima.
En las redes sociales es en donde más aparecen como un repentino espanto comentando sobre el clima, sobre ‘política’ -que es la cátedra que más dictan- sobre fútbol, relaciones familiares y sobre las más ínfimas intimidades de su vida, pero casi nunca son apreciaciones acertadas sino una confusión más espesa que los ladridos de un gato.
Están en su pleno derecho a expresar sus gustos gastronómicos tales como despacharse día de por medio unas morcillas con champaña, en lo político candidatizar a Macías como rector de La Sorbona, en lo deportivo proponer como refuerzos del Independiente Santafé a Daniel Samper Pizano y a Yamid Amat y así todo por el mismo corte.
Desde hace años he notado que a unos genios anónimos les ha dado por inventarse el día de cualquier cosa sean ellas tangibles o intangibles con el inconveniente de que los 365 días que tiene el año no alcanzan para bautizarlos con el día de sus ocurrencias. Y lo más frustrante es que pasa el día sin que nadie lo celebre como debería ser, pues , empezando porque para muchos les es indiferente que el jueves 15 de abril se festeje el día del jugo del tomate de árbol, el 2 de marzo el del fique color violeta y el 22 de octubre el de las náuseas.
Y hay muchísimas inconsecuencias con las fiestas de lo tangible como por ejemplo celebrar el día de la gallina con un sancocho de tan inocentes y candorosas ‘picatierra’, o atornillarse una garrafa de aguardiente en conmemoración del día del hígado graso y enterrarse vivo en el día de la tierra.
No sé cuándo será el día de la ira pero les puedo asegurar que no es uno solo sino los 365 días pues no hay escape para darse involuntariamente un martillazo en un dedo o decida alguien, como la senadora Cabal, que voluntariamente se pegó el martillazo en la mano porque quería exteriorizar su ira con un ‘¡duélale a quién le duela..!’ No queda duda de que la señora es un prodigio de la naturaleza, dueña de una serena inteligencia, que de no haber tenido, se habría dado el porrazo en la cabeza.
El día de la ira debería festejarse con un enfrentamiento público y multitudinario entre taxistas, volqueteros, camioneros y motociclistas, todos armados con lo que a mano tengan: botellas de aguardiente, de cerveza, unos cuántos ladrillos, machetes y crucetas hasta que todos terminen abrazándose sangrantes, ebrios y agarrados de un semáforo, artefacto éste que es de gran ayuda para desatar sus rabietas incandescentes, su impaciencia, porque he sido testigo de que algunos le pitan a un semáforo en rojo a ver si agiliza su paso a amarillo y acción seguida, a verde.
No hay que olvidar este día. Y vuelvo al comienzo de esta nota donde hablo de que habemos seres de toda clase, de condiciones humanas disímiles, contrapuestas, unos hechos de fibras lúcidas de inteligencia suprema, otros de ruda torpeza y otros en medio de un limbo sin clasificación como aquellos que crearon los días de algo.
Para no salirme de ese tono, este escribidor de los del medio, propone que a las seis de la tarde de los ocho de mayo de cada año se empiece a celebrar ´’el día de la noche’ con un cañonazo a la luna para que se apague y no nos sabotee el festejo.
¡PUMMMM..!
1 comment
Very interesting details you have observed, thank you for posting.Expand blog