El que peca y reza empata.
La semana antepasada estuve muy sacrosantamente hincado de rodillas debajo de un cocotero leyendo la sagrada Biblia en el tórrido sol de Santa Marta y sobre las arenas de Taganga, un villorrio resplandeciente de vida y de sol.
No hay nada mejor, como lo cumplimos sagradamente los católicos, que pasar esos días de sufrimiento de otro, que conmemorarlo leyendo un libro que fue escrito por no sabemos quienes pero se la plantaron a un señor que no conocemos pero en el que creemos- a eso le llamamos fe- y por eso también lo llaman las señoras en las iglesias en la liturgia de la misa, ‘Palabra de Dios’, tal vez por lo bien escrita que está, sin fallas de ortografía, de sintaxis, ni de semántica.
Dichas señoras, bien emperifolladas como listas para subir al cielo en cuerpo y alma, generalmente no entienden esas historias donde los protagonistas son múltiples personajes desconocidos y con unos nombres imposibles de memorizar. Por ejemplo, explíquenme esto: Jerífanes recibió la visita de Pablo en su sitio habitual, una caverna en el desierto de Cristifiernes y oyó de Pablo que le ordenó el Señor: vine a deciros que tendréis que ir por todos los pueblos ignotos como La Guajira de Getsemaní, en Galilea, enseñad la palabra de Dios hecho carne, ahora el Verbo, bajad las escalinatas del reino Abracadus y habréis de sumergirte en el paraíso de los sabios del mundo; levantad las manos al cielo y Cisteminius, rey de Tetriondopo , tomará tu cabeza para humedecerla de perfumados óleos, lloraréis por tus santos pecados, alabaréis y luego regresaréis a las tierras de Ión a pastorear cabras con cuernos de luz hasta el fin de los tiempos. Palabra de Dios.
Deben tener varias lecturas estas palabras, pero no encuentro ninguna que me aclare este episodio casi dantesco. Como la Biblia es una retahíla de leyendas del mismo corte, me quedo con los únicos firmantes de las crónicas de la época que fueron los cuatro evangelistas que al parecer sólo resultaron ser tres: Lucas y Mateo, quienes cada uno por su lado nos relatan los episodios de la vida de Jesús, sus milagros y el perdón a Maria Magdalena pero menos sobre sus juergas y sus borracheras en las bodas de Canaán hasta que acabó el vino que luego se le convirtió en agua.
Tenemos el deber de hacer estas lecturas en esos días de recogimiento pues es la vida, muerte y resurrección del sagrado barbas lo que nos narran los otros barbados. Y hablando de recogimiento, estando aún de rodillas pasaron siete recicladores y recogieron todas las latas de cerveza vacías que rodeaban mi devoción, las encostalaron y se marcharon con un ¡Ajá! Graciaj cachaco. Siga rezando.
Ya estaba ocultándose el sol en el horizonte marino cuando salí de mis absortas lecturas, me puse de pie y repentinamente apareció un niño con cara de Jesús africano, me sacudió la arena de las rodillas con un trozo de palma de coco seca, luego me largó un papel a modo de factura de cobro en la que se leía escrita con lápiz: ‘cervisio de limpiesa de la arena ochentamilpesos cuidado de las chanclas dosientosmil mas propina boluntaria cuarentamil y grasiascachaco’. Tomé otra pantaloneta con bolsillos y ya me habían visitado los cacos del trópico y se habían llevado lo que tenía reservado para mis gastos en ese templo sagrado llamado Arenal del Santo Cristo de Taganga.
Desconcertado le pagué sin rezongos con una reserva que tenía entre las páginas de mi Holly Bible, versión en inglés, pues el año pasado la había comprado en mis ritos devotos en San Andrés. Pensaba no pagarle la propina voluntaria pero me apresuré pues ya me estaba apuntándome a la frente con un coco verde de cinco kilos.
Me fui aturdido para la discoteca playera ‘Cabecita loca’ que estaba junto a otra llamada ‘Las pantaletas bacanas’ . Me pegué dos sustos apenas traspasé la puerta: el ron Caña a 5 millones la botella y vi a Jesucristo sentado en la barra con guayabera y sandalias trespuntá. Me le arrimé, me senté y luego llegó otro arrimado que pidió a gritos señalando a Jesús emparrandado : ¡una botella de ‘Robertico’ que este man paga!
Lo bueno de rezar y pecar.
0 37827 Me Gusta
2 comments
Jajajaj cualquiera dirá que el cuento de la biblia y la playa son fantasías, pero el de la playa es más real que toda la biblia .
I like this web site very much, Its a rattling nice post to read and get
info.Blog money